Foto: Rubén Vega. Cedida por Itsaso Arana
El cine no se va a quedar sin talentos porque si siguen saliendo películas como la que hemos visto hoy, la calidad está asegurada para mucho tiempo. El acierto en el concepto es total. Novedoso e interactivo el planteamiento, sin límites entre distintas artes. ¿Es cine, es teatro? ¿Estamos dentro de la película, dentro de la sala? ¿ a quién miran los personajes? El tema de la mirada te envuelve en todo momento.
El género es el documental, no es ficción, es muy emocional con una semántica centrada en el amor, pero para nada empalagoso ni melodramático. Un amor expresado con claridad sin artificios literarios, sale de dentro y es lo que hace muy, muy auténtica la película. Los chicos que responden a las preguntas de Itsaso Arana, se desnudan emocionalmente, en un ejercicio de valentía muy elevado, lo que les hace hombres verdaderos y creíbles para la obra. Fondos blancos, neutros, cámara atenta al mensaje, al contenido a las respuestas sin preocuparse por nada anecdótico. No se trata de un cine experimental ni marginal más bien es un cine muy pegado a la realidad, a la vida, a la biografía de la artista que busca o indaga en verdades de sí misma que va a buscar en los chicos que la han querido. Si sigue buceando en esta temática y sigue tratando con esta honestidad el contenido de su relato Itsaso Arana, va a llegar muy lejos como directora.
Itsaso Arana no se queda con el material audiovisual, a partir de su creación se enfrenta a el explicando y respondiendo o abundando en el contenido. La película no se acaba, da la cara y se pone al otro lado siendo responsable o poniéndose al mismo nivel que los chicos. De este modo la cámara habla, y se sitúa en el patio de butacas a la vez que vemos de fondo la película con lo cual los límites de dentro y fuera se vuelven permeables enriqueciendo la propuesta significativamente. No se acaba ni será siempre igual porque la improvisación juega un papel importante como en el mundo de la interpretación del que también forma parte la cineasta de Tafalla-Navarra.
Foto: Rubén Vega. Cedida por Itsaso Arana
Hay que seguirle los pasos muy de cerca, ha participado en cine y televisión y ahora vamos a contener la respiración para que forme parte de El contenido del silencio de Helena Taberna.
Por cierto, la autenticidad y la sinceridad en las respuestas de los chicos hace que en algunos momentos nos transmitan muy bien su propio carácter y modo de ser y en ocasiones le da un punto de humor irresistiblemente fresco que te hace reír de verdad sabiendo que no estás ante ninguna estrategia de manual de la comedia. Es documental y del bueno.
foto: Unai Beroiz
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